El aprendizaje del joven Wilhelm: Falsche Bewegung (Falso movimiento, Wim Wenders, 1975)

El aprendizaje del joven Wilhelm: Falsche Bewegung (Falso movimiento, Wim Wenders, 1975)

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Para Carlos, Liliana y Ricardo.

 

No resulta difícil tener con Wim Wenders una especie de relación de amor y odio: amor, con matices, y odio…, a veces casi ilimitado. Siendo como es uno de los directores más capaces de su generación y, tal y como están las cosas, hoy en día en activo, habrá poca controversia en que ha dilapidado gran parte de su talento por ciertas molestas tendencias que aparecen en su obra con demasiada frecuencia: sus continuos tropezones; su estatus de plañidera de la muerte del cine; su complacencia y morosidad elevadas a la enésima potencia, que tantas veces desembocan en puro onanismo… Así, Wenders es capaz de firmar, empachado de estéril pedantería, verdaderos horrores, como DIE STAAT DER DINGE (El estado de las cosas, 1982), BIS ANS ENDE DER WELT (Hasta el fin del mundo, 1991), PALERMO SHOOTING (2008) o LES BEAUX JOURS D’ARANJUEZ (Los hermosos días de Aranjuez, 2016); flojos documentales como CHAMBRE 666 (1982), así como otros ciertamente mucho más interesantes, pero para nada extraordinarios, como BUENA VISTA SOCIAL CLUB (1999) o PINA (2011); y en fin, también películas magníficas, como PARIS, TEXAS (1984) o DIE GEBRÜDER SKLADANOWSKY (Los hermanos Skladanowsky, 1995), dos de las tres cumbres de su carrera…, entre las que, pese a su fama, no figura su más bien kitsch y pedante DER HIMMEL ÜBER BERLIN (El cielo sobre Berlín, 1987).

Pues bien, la primera obra alemana del director, la única que aún conserva un notable prestigio junto a PARIS, TEXAS y DER HIMMEL ÜBER BERLIN, está lejos de ser una excepción: la coproducción con España DER SCHARLACHROTE BUCHSTABE (La letra escarlata, 1973) es verdaderamente floja, casi patética; LIGHTNING OVER WATER (1980), su justamente polémico documental sobre la agonía de Nicholas Ray, es una de sus muchas películas masturbatorias, como también lo es la prestigiosa IM LAUF DEZ ZEIT (En el curso del tiempo, 1976), a la que el curso del tiempo, precisamente, la ha dejado más arrugada que una pasa; la simpática DER AMERIKANISCHE FREUND (El amigo americano, 1977) no sobrepasa cierta solidez; y otra de sus películas de mayor estatus mítico de dicha década, ALICE IN DEN STÄDTEN (Alicia en las ciudades, 1974), lejana ya la novedad que supuso, no sólo acusa, ella también, el paso de los años, sino que revela la inclinación a la impostura de Wenders, pues en su restauración, como si el alemán fuera una vulgar major de Hollywood (¡qué ínfulas!), ha decidido decapitar sus encuadres al sancionar su película con un bastardo 1:1,66 en vez del 1:1,37 original: patético. Ahora bien, en esta década de los setenta se localiza la tercera cumbre de esta filmografía llena de altibajos, que resulta ser una joya, a la altura de sus otras dos mejores, e incluso superior: FALSCHE BEWEGUNG (Falso movimiento, 1975), rodada de verdad, esta sí, en proporción 1:1,66.

FALSCHE BEWEGUNG, que nunca alcanzó la notoriedad de ALICE IN DEN STÄDTEN o IM LAUF DEZ ZEIT, resulta, empero, mucho mejor y más sugerente que ellas. Y no porque sea poco típica de Wenders, ni de lejos. En efecto, tenemos aquí, so excusa de una adaptación libre del Wilhelm Meister de Goethe, otra típica road movie de su autor, con ese escritor, Wilhelm, que viaja desde su pueblo natal por media Alemania en busca de la inspiración y al que se van incorporando, como si tuviera imán, otros personajes, hasta sumar cinco trashumantes. Tenemos también esas pantallas de televisión, que lo mismo apuntan al efecto narcotizador del audiovisual mal entendido que, aún mas acongojante, al vaciado que la sociedad moderna e industrializada opera sobre las personas, ejemplificado por esas pantallas de hogaño, chisporroteantes de nieve televisiva cuando la programación ya había terminado;

 

pantallas que alcanzan su máxima formulación con el personaje del industrial, cuyo suicidio parece erigirse en respuesta al miedo que provoca el vacío del mundo moderno.

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